Autoevaluación: ¿qué tipo de hipotecado eres?

June 24, 2025

Estás pensando en comprar una casa en España, y la palabra hipoteca te ronda la cabeza. Pero, antes de lanzarte a comparar ofertas y tipos de interés, hay algo crucial que debes hacer: una autoevaluación hipotecaria. Sí, sé que suena a examen, pero créeme, conocer tu perfil como futuro hipotecado te ahorrará muchísimos disgustos y te ayudará a encontrar el préstamo perfecto para ti. No todos somos iguales, ni tenemos la misma aversión al riesgo o la misma capacidad económica. ¿Eres un valiente que apuesta por el variable o un conservador que busca la paz mental del fijo? ¡Vamos a descubrir qué tipo de hipotecado eres!

El perfil de ingresos: ¿asalariado, autónomo o funcionario?

Tu tipo de ingresos es el punto de partida para cualquier banco al conceder una hipoteca. No todos los ingresos se valoran igual, y esto determinará qué puertas se te abren o cierran.

  • Asalariado con contrato indefinido: ¡Bingo! Eres el perfil favorito de los bancos. Cuanto más antigua sea tu relación laboral y más alto tu sueldo, mejor. Las nóminas estables y un contrato fijo son sinónimo de bajo riesgo para ellos. Se fijarán en tus últimas nóminas y en tu vida laboral.
  • Asalariado con contrato temporal o fijo discontinuo: Aquí la cosa se complica un poco. Los bancos pueden ser más reticentes o pedirte más requisitos (mayor antigüedad, más ahorros). Demostrar estabilidad en el empleo es clave.
  • Autónomo: Los bancos te miran con lupa, pero no es imposible. Necesitarás demostrar ingresos estables y suficientes durante al menos 2-3 años con tus declaraciones de IVA e IRPF. La clave es la regularidad y el volumen de tu facturación.
  • Funcionario: Otro perfil top. La estabilidad de tu empleo público te da una ventaja enorme frente a otros.

Entender dónde encajas es el primer paso para saber qué te van a pedir y qué opciones tienes.

Tu estabilidad laboral: antigüedad y sector de actividad

No solo importa si eres fijo o autónomo; tu estabilidad laboral real es vital. Los bancos analizan tu antigüedad en el puesto de trabajo actual y en tu sector.

  • Larga trayectoria y estabilidad: Si llevas muchos años en la misma empresa o en el mismo sector, y este es un sector poco volátil (educación, sanidad, administración), el banco lo valorará muy positivamente. Demuestras constancia y experiencia.
  • Cambios frecuentes o sector inestable: Si sueles cambiar de trabajo a menudo, o tu sector es muy propenso a las crisis (por ejemplo, el sector turístico si dependes mucho de la estacionalidad), el banco podría considerarte un perfil de mayor riesgo. Esto no significa que te denieguen la hipoteca, pero podrían pedirte más avales o un porcentaje de financiación menor.

La estabilidad no es solo un papel, es una historia de tu vida laboral que el banco quiere conocer para proyectar tu capacidad de pago a largo plazo.

Tu nivel de endeudamiento actual: ¿tienes otros préstamos?

Este es un factor decisivo. Antes de darte una hipoteca, el banco va a mirar con lupa el resto de tus deudas. Aquí entra en juego la famosa ratio de endeudamiento. Los expertos (y los bancos) recomiendan que la suma de todas tus deudas (incluyendo la futura cuota de la hipoteca) no supere el 30-35% de tus ingresos netos mensuales.

  • Bajo endeudamiento: Si no tienes préstamos de coche, personales, muchas tarjetas de crédito con saldo pendiente o recibos que te ahoguen, ¡perfecto! Tu capacidad de endeudamiento es alta y eres un candidato atractivo.
  • Alto endeudamiento: Si ya destinas una parte importante de tus ingresos a pagar otras deudas, el banco se pondrá en alerta. Puede que te denieguen la hipoteca o te pidan reducir tus otros préstamos antes de concederte el de la vivienda.

Sé honesto contigo mismo y con el banco sobre tus deudas actuales. Intentar ocultar algo es un error grave que te pasará factura.

Tu capacidad de ahorro: ¿cuánto tienes para la entrada y los gastos?

Lo hemos dicho mil veces: para comprar casa en España, necesitas tener ahorrado al menos el 20% del precio de la vivienda para la entrada y un 10-15% adicional para los gastos e impuestos. ¡Total: un 30-35% del valor del inmueble!

  • Ahorros suficientes y demostrables: Si tienes ese capital y puedes demostrar que procede de fuentes legítimas (nóminas, herencias, ventas...), eres un perfil muy solvente. Esto reduce el riesgo para el banco y te da más poder de negociación.
  • Ahorros limitados o inexistentes: Si apenas tienes para la entrada, o tu dinero ha aparecido "de la nada" en el último momento, los bancos lo verán con recelo. Esto te limita a hipotecas de mayor financiación (que son más difíciles de conseguir) y te deja con menos margen para los gastos.

Tu capacidad de ahorro no solo demuestra solvencia, sino también disciplina financiera y capacidad de gestión, cualidades que los bancos valoran muchísimo.

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Tu aversión al riesgo: ¿fijo o variable?

Aquí no hay respuesta correcta o incorrecta, solo la que se adapta mejor a tu personalidad y circunstancias. Tu aversión al riesgo determinará si te conviene más una hipoteca a tipo fijo o a tipo variable.

  • Perfil conservador (aversión al riesgo alta): Si la idea de que tu cuota cambie cada seis meses te produce sudores fríos, si prefieres saber exactamente lo que vas a pagar para planificar tu economía al milímetro, entonces eres un candidato ideal para una hipoteca a tipo fijo. Pagas un poco más de interés inicial, pero ganas una paz mental impagable.
  • Perfil arriesgado (aversión al riesgo baja): Si estás dispuesto a asumir los vaivenes del mercado para, potencialmente, pagar menos intereses en momentos de Euríbor bajo, y te sientes cómodo con la incertidumbre, una hipoteca a tipo variable podría ser para ti. Eso sí, prepárate para las subidas.

Conocer tu propia tolerancia al riesgo es clave para no arrepentirte de tu elección a los pocos años.

Tu edad: un factor que influye en el plazo

Aunque no es un criterio excluyente, tu edad influye en el plazo de amortización máximo que te ofrecerá el banco. La mayoría de los bancos limitan la edad máxima para terminar de pagar la hipoteca a los 75 años (algunos a los 70 o 80).

  • Joven (25-40 años): Tienes la ventaja de poder optar a plazos de amortización largos (30 años o más), lo que reduce la cuota mensual y te da flexibilidad.
  • Edad media (40-55 años): Todavía puedes optar a plazos decentes (20-25 años), pero si buscas plazos muy largos, el banco podría empezar a poner pegas.
  • Cercano a la jubilación (55+ años): Los plazos de amortización se acortan significativamente, lo que eleva la cuota mensual. Esto exige que demuestres una capacidad de ingresos muy alta o que tengas muchos ahorros para una entrada grande.

La edad es un factor a considerar en tu planificación hipotecaria, sobre todo si buscas flexibilidad en el plazo.

Tu historial crediticio: el fantasma del pasado (o no)

Tu historial crediticio es tu carta de presentación ante el banco. Aquí se ve si eres un buen pagador o si tienes "pecados" pasados. Los bancos consultan bases de datos como la CIRBE (Central de Información de Riesgos del Banco de España) o ASNEF/Experian.

  • Historial impecable: Si nunca has tenido impagos, tus préstamos han estado al día y no tienes sorpresas en CIRBE, ¡felicidades! Eres un candidato ideal y el banco confiará en ti.
  • Manchas en el historial: Un impago en un préstamo personal, una deuda antigua en ASNEF, o incluso un descubierto bancario recurrente, pueden ser una bandera roja. Aunque sea algo pequeño y ya resuelto, puede retrasar o incluso bloquear la concesión de tu hipoteca.

Es crucial que revises tu historial crediticio antes de ir al banco y que, si hay algo, lo aclares o soluciones. Tu reputación financiera lo es todo.

Tus planes de futuro: ¿estabilidad o cambios a la vista?

Tu proyecto de vida a medio y largo plazo también debería influir en tu elección de hipoteca.

  • Estabilidad y arraigo: Si tienes claro que esta es tu casa para los próximos 20-30 años, que tu vida laboral está asentada y que no esperas grandes cambios, una hipoteca fija a largo plazo puede ser tu mejor aliada.
  • Cambios previstos: Si sabes que en unos años podrías cambiar de ciudad por trabajo, o que tu familia va a crecer mucho, quizás te interese una hipoteca con menos comisiones por amortización parcial o cancelación, o un plazo más flexible.

Pensar en tus planes futuros te ayuda a elegir una hipoteca que no solo se adapte a tu "hoy", sino también a tu "mañana". Es una decisión vitalicia, o casi.

Tu nivel de información y asesoramiento: ¿eres un gurú o necesitas ayuda?

Por último, pero no menos importante: ¿cuánto sabes del tema y cuánta ayuda necesitas? El mundo hipotecario es complejo.

  • Hipotecado "manitas": Si eres de los que se empapa de información, compara ofertas y entiende la letra pequeña, puedes ir directo al banco.
  • Hipotecado "necesito un guía": Si los términos te suenan a chino, te agobia la burocracia o simplemente quieres las mejores condiciones sin mover un dedo, entonces eres el hipotecado ideal para un bróker. Un bróker hipotecario es un experto que negocia por ti, te asesora y te consigue la mejor oferta adaptada a tu perfil.

Identificar tu nivel de conocimiento te dirá si debes volar solo o si necesitas un copiloto experto en tu compra de vivienda en España.

Ahí lo tienes: una autoevaluación completa para descubrir qué tipo de hipotecado eres. Desde tus ingresos y estabilidad laboral hasta tu aversión al riesgo y tu historial crediticio, cada faceta de tu vida financiera te dibuja un perfil único. Entender este perfil es el paso más inteligente que puedes dar antes de buscar una hipoteca. Te permitirá dirigirte a los bancos adecuados, negociar con conocimiento y, en definitiva, elegir el préstamo que mejor se adapte a ti. Si te ha quedado claro tu perfil y quieres el mejor compañero de viaje para esta aventura, ¡recuerda que un bróker hipotecario es experto en encontrar la hipoteca perfecta para cada tipo de hipotecado!

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