Aquí está la cosa: comprar una vivienda no es solo pagar una hipoteca. Es un compromiso a largo plazo con una serie de gastos recurrentes que te esperan cada año. Si no los tienes en el radar, es fácil que te pille el toro y que tu presupuesto se desmorone. Hablamos de impuestos, de seguros, de la comunidad… gastos que llegan, a veces, de forma inesperada. La clave para que no te arruinen el plan es la planificación. Y la mejor forma de planificar es con un calendario de pagos anual que te dé una radiografía de lo que te espera. En este artículo, vamos a desglosar esos pagos, mes a mes, para que dejes de ser un comprador pasivo y te conviertas en un comprador activo. Vamos a darte la hoja de ruta para que tu economía no se resienta.
Enero es el mes de los nuevos comienzos, de los buenos propósitos y, para muchos, de la temida cuesta de enero. Pero para el propietario de una vivienda, enero es el mes en el que se paga la primera cuota de la hipoteca del año. La cuota de hipoteca es el gasto más importante y recurrente de una vivienda, y es el que más te va a doler. Pero enero no es solo el mes de la hipoteca. Enero es el mes en el que te vas a acordar de los excesos de las Navidades, y en el que vas a tener que empezar a ahorrar para los gastos que te esperan el resto del año.
Un buen truco para que enero no sea un mes tan duro es adelantarte. Antes de que llegue el mes, haz una radiografía de tu presupuesto y ten claro cuánto dinero vas a necesitar para pagar la hipoteca, la comida, los suministros y los gastos de la vida. Si no lo haces, es fácil que te pille el toro y que tengas que tirar de la tarjeta de crédito. Enero es el mes en el que se sienta la base de la economía de todo el año. Si empiezas bien, el resto del año será más fácil. Por eso, el primer paso en tu calendario de pagos anual es la hipoteca de enero.
ebrero es el mes del amor, de los bombones y de la factura de los seguros de la vivienda. Cuando contratas una hipoteca, el banco te obliga a tener un seguro de hogar y, a menudo, un seguro de vida. Y sí, estos seguros tienen un coste, que se renueva cada año. Febrero es el mes en el que te va a llegar la factura, y es un gasto que tienes que tener en el radar. El seguro de hogar te protege de los imprevistos (incendios, robos, inundaciones), y el de vida te protege de lo peor (el fallecimiento del titular). Es un coste que te da tranquilidad.
La clave aquí es que no te quedes con el seguro que te da el banco. Es tu derecho elegir la aseguradora que tú quieras, y a menudo, puedes conseguir un seguro mejor y más barato en otra empresa. Antes de que llegue febrero, compara las ofertas de los seguros de hogar y de vida de diferentes aseguradoras. Si encuentras una oferta mejor, cambia de seguro. Los bancos no regalan nada. Si te bajan el interés, es porque van a ganar dinero por otro lado. Por eso, el seguro es un gasto que tienes que controlar.
Marzo es el mes en el que el ayuntamiento te va a mandar una factura. Es el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles), un impuesto que te cobra el ayuntamiento por tener una vivienda en propiedad. El IBI se calcula en base al valor catastral de la vivienda, y el porcentaje varía en función del ayuntamiento. En la mayoría de los casos, el IBI se paga en una sola vez, y es un coste que tienes que tener en el radar.
La clave aquí es la planificación. Si no tienes en cuenta el IBI en tu presupuesto, es posible que marzo sea un mes muy duro para tu economía. El IBI es un impuesto que no se puede evitar. Y, si no lo pagas, el ayuntamiento te va a mandar una sanción. El IBI es la factura del ayuntamiento por el servicio de tener una ciudad limpia, segura y con servicios. Y sí, es un coste que tienes que pagar. Por eso, en tu calendario de pagos anual, marzo es el mes del IBI.
Abril es el mes de la primavera, de las flores y de los pagos trimestrales. La mayoría de los suministros de la vivienda (luz, agua, gas) te llegan cada trimestre, y abril es el mes en el que te va a tocar pagar. Además, la comunidad de vecinos también suele tener una cuota trimestral o mensual, y abril es el mes en el que te va a tocar pagar. La comunidad es un coste que tienes que tener en el radar, ya que es el dinero que pagas por el mantenimiento del edificio, la limpieza, el ascensor, etc.
La clave aquí es la previsión. Si sabes que abril es el mes de los suministros y de la comunidad, puedes empezar a ahorrar en los meses anteriores. La comunidad de vecinos es un gasto que tienes que tener en el radar, ya que es el dinero que pagas por el bienestar de tu edificio. Y, si no pagas, el resto de los vecinos te va a reclamar el dinero. Por eso, en tu calendario de pagos anual, abril es el mes de los suministros y la comunidad.
Mayo es el mes en el que haces la declaración de la renta. Y sí, es el mes en el que Hacienda te va a decir si tienes que pagar o si te tienen que devolver. La declaración de la renta es un proceso que tienes que hacer cada año, y si tienes una vivienda en propiedad, es posible que tengas que pagar. La declaración de la renta es un impuesto que te duele pagar, pero es un impuesto que tienes que pagar.
La clave aquí es la anticipación. Si sabes que mayo es el mes de la declaración de la renta, puedes empezar a ahorrar en los meses anteriores. Y si eres un futuro comprador, tienes que saber que la hipoteca te da un beneficio fiscal. Puedes desgravarte un porcentaje de la cuota de la hipoteca en tu declaración de la renta. Es un beneficio que tienes que aprovechar. Por eso, en tu calendario de pagos anual, mayo es el mes de la declaración de la renta.
Junio y julio son los meses de las vacaciones, de las escapadas, de los planes. Y sí, son meses de tranquilidad, pero también son meses en los que tienes que planificar el futuro. En junio y julio, tienes que empezar a planificar las vacaciones, a ahorrar para los gastos de las vacaciones, y a pensar en los pagos que te esperan el resto del año. Es un mes en el que no hay grandes pagos, y es el mes perfecto para que te sientes y hagas una radiografía de tu economía.
Un buen truco para junio y julio es que te sientes con tu pareja o con tu familia y que hagáis un presupuesto para el resto del año. Ten claro cuánto dinero vais a gastar en los meses que vienen, y cuánto dinero vais a ahorrar. Si no lo haces, es fácil que los gastos de las vacaciones se te vayan de las manos, y que llegues a septiembre con el agua al cuello. La planificación es la clave del éxito financiero.
Agosto es el mes de las vacaciones por excelencia. La mayoría de la gente se va de vacaciones, y la ciudad se queda en calma. Y sí, es un mes de tranquilidad, pero también es un mes en el que tienes que empezar a pensar en el futuro. Agosto es el mes perfecto para que te sientes y hagas una radiografía de tu economía. Ten claro cuánto dinero tienes, cuánto dinero vas a gastar, y cuánto dinero vas a ahorrar. Si no lo haces, es fácil que te pille la vuelta de las vacaciones.
Un buen truco para agosto es que te sientes y que hagas una lista de los pagos que te esperan el resto del año. Ten claro cuánto dinero vas a necesitar para los gastos de septiembre, de octubre, de noviembre y de diciembre. Si no lo haces, es fácil que los gastos de la vuelta a la rutina se te vayan de las manos. La planificación es la clave del éxito.
Septiembre es el mes de la vuelta a la rutina, de los nuevos comienzos, de la vuelta al cole. Y sí, es un mes de tranquilidad, pero también es un mes de gastos. Septiembre es el mes en el que te va a tocar pagar de nuevo la cuota de la hipoteca, y es el mes en el que te vas a acordar de los excesos de las vacaciones. Es un mes en el que tienes que volver a la rutina, y en el que tienes que volver a tener control sobre tu economía.
Un buen truco para septiembre es que te sientes y que hagas una radiografía de tu economía. Ten claro cuánto dinero tienes, cuánto dinero vas a gastar, y cuánto dinero vas a ahorrar. Si no lo haces, es fácil que los gastos de la vuelta a la rutina se te vayan de las manos. La planificación es la clave del éxito financiero.
Octubre y noviembre son los meses de la recta final del año. Y sí, son meses de tranquilidad, pero también son meses de planificación. En octubre y noviembre, tienes que empezar a planificar las Navidades, a ahorrar para los gastos de las Navidades, y a pensar en los pagos que te esperan en diciembre. Es un mes en el que no hay grandes pagos, y es el mes perfecto para que te sientes y hagas una radiografía de tu economía.
Un buen truco para octubre y noviembre es que te sientes y que hagas una lista de los pagos que te esperan en diciembre. Ten claro cuánto dinero vas a necesitar para los regalos, la comida, los viajes, etc. Si no lo haces, es fácil que los gastos de las Navidades se te vayan de las manos, y que llegues a enero con el agua al cuello. La planificación es la clave del éxito.
Diciembre es el mes de la Navidad, de las fiestas, de los regalos. Y sí, es un mes de felicidad, pero también es un mes de gastos. Diciembre es el mes en el que te va a tocar pagar de nuevo la cuota de la hipoteca, y es el mes en el que te vas a acordar de los excesos de las Navidades. Es un mes en el que tienes que disfrutar, pero también es un mes en el que tienes que tener control sobre tu economía.
Un buen truco para diciembre es que te sientes y que hagas una radiografía de tu economía. Ten claro cuánto dinero tienes, cuánto dinero vas a gastar, y cuánto dinero vas a ahorrar. Si no lo haces, es fácil que los gastos de las Navidades se te vayan de las manos. La planificación es la clave del éxito financiero.
En resumen, el precio de venta de una vivienda es solo el primer pago. Después, hay un universo de gastos recurrentes que tienes que tener en el radar. Hemos desglosado un calendario de pagos anual con los gastos más importantes: la cuota de la hipoteca, los seguros, el IBI, la comunidad, los suministros, la declaración de la renta y los demás gastos. La clave es que dejes de ser un comprador pasivo y te conviertas en un comprador activo. No te conformes con lo que te dicen. Haz un presupuesto, planifica y ten el control de tu economía. Con esta guía, ya no tienes excusa para no dominar los gastos de la compra de vivienda.