Cómo afecta el patrimonio a tu capacidad de préstamo

July 9, 2025

¿Crees que el banco solo mira tu nómina para darte la hipoteca? Ni de broma. Tu patrimonio, todo lo que tienes y debes, es la radiografía real de tu salud financiera. Aquí te desvelamos cómo tus ahorros, inversiones y hasta otras propiedades pueden ser tu mejor aliado (o tu peor lastre) a la hora de conseguir el préstamo para la casa de tus sueños.

Tu Patrimonio: Mucho Más que Cuentas Corrientes

Cuando pides una hipoteca, el banco no solo mira tu nómina. Ni de broma. Si quieres que te presten pasta gansa para tu casa, tienen que verte con buenos ojos, y eso pasa por tu patrimonio. Pero, ¿qué es eso exactamente? No es solo el dinero que tienes en el banco, ni el que guardas debajo del colchón. Tu patrimonio es el conjunto de todos tus bienes y derechos, y también de tus deudas. Es la foto de tu salud financiera completa, lo que posees frente a lo que debes.

Esto incluye desde tus ahorros en efectivo o en depósitos, hasta tus inversiones (acciones, fondos, planes de pensiones), bienes inmuebles (si ya tienes otra propiedad), vehículos, e incluso objetos de valor. Por otro lado, están tus deudas: otros préstamos personales, tarjetas de crédito, deudas pendientes. El banco hace un balance, un "neto" de todo esto, para ver tu verdadera solvencia. Tener un patrimonio robusto te da un plus, es como un salvoconducto que le dice al banco: "Eh, este tío tiene respaldo". Es la base sobre la que construyes tu capacidad de préstamo.

Ahorros Líquidos: Tu Mejor Carta de Presentación

De todo tu patrimonio, los ahorros líquidos son, de lejos, los que más valora el banco. Hablamos del dinero que tienes disponible en cuentas corrientes, depósitos a la vista o productos de muy alta liquidez que puedas convertir en efectivo en un pispás. ¿Por qué es tan importante esto? Por varias razones que el banco ve como oro puro:

  • Cubrir la entrada y los gastos: Ya sabes que para una hipoteca, necesitas un 20% del valor de la vivienda para la entrada y un 10-12% adicional para gastos (impuestos, notaría, etc.). El banco quiere ver que tienes ese capital ahorrado y disponible. Si no lo tienes, la operación no va a ninguna parte.
  • Colchón de seguridad: Demuestra que tienes capacidad de ahorro y que puedes afrontar imprevistos. No solo te ven como un pagador, sino como alguien previsor.
  • Compromiso: Tener tus ahorros para la entrada muestra tu verdadero compromiso con la compra y con la hipoteca. No eres un aventurero, sino alguien que ha planificado.

Cuanto más dinero líquido puedas aportar de inicio, menos dinero te prestará el banco, lo que reduce su riesgo y aumenta tu credibilidad. Es tu aval silencioso y tu mejor carta para conseguir una hipoteca en condiciones top.

Inversiones y Activos Financieros: Suma Puntos

Más allá de los ahorros en la cuenta, tus inversiones y otros activos financieros también juegan a tu favor. No es lo mismo tener la pasta quieta que tenerla trabajada en un fondo de inversión, en acciones o en un plan de pensiones. Estos activos demuestran que eres una persona con capacidad para gestionar su dinero, con visión a largo plazo y, lo más importante, que tienes un respaldo económico adicional si las cosas se tuercen.

El banco valorará:

  • Diversidad: No poner todos los huevos en la misma cesta.
  • Rentabilidad: Que tus inversiones estén generando rendimientos, aunque sea a largo plazo.
  • Liquidez: Aunque no sean tan líquidos como el efectivo, que puedas convertirlos en dinero en un plazo razonable si lo necesitaras.

Ojo, no todas las inversiones suman igual. Una cartera de acciones diversificada y estable es mejor que una colección de criptomonedas volátiles para el banco. Quieren ver activos que representen un valor real y que puedan ser convertidos en liquidez si fuera necesario para cubrir la deuda. Muestra tus inversiones; son una prueba de tu salud financiera.

Propiedades Adicionales: Un Aval Poderoso

Si ya tienes otras propiedades (otro piso, un local, un garaje), esto puede ser un aval poderosísimo para tu hipoteca. El banco lo ve como una garantía real, un activo tangible que puede usar para recuperar su dinero si tú dejas de pagar. Es el "plan B" definitivo para ellos. No es lo mismo ser un primerizo sin nada más que la nómina, que alguien con un piso pagado a su nombre.

En algunos casos, si no llegas al 20% de entrada o si tu perfil no es tan fuerte, el banco podría incluso considerar hipotecar esa segunda propiedad como garantía adicional para la nueva hipoteca. Esto se llama doble garantía o hipoteca de garantía real adicional. Pero ten cuidado: esta opción, aunque te abre puertas, también aumenta el riesgo para ti y para tu patrimonio. Si la cosa se tuerce, podrías perder ambas propiedades. Evalúa muy bien las implicaciones antes de ofrecer una segunda propiedad como garantía. Es un arma de doble filo que debe usarse con cabeza.

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Deudas Pendientes: El Lastre de tu Balance

Así como los activos suman, las deudas pendientes restan, y restan mucho. Cualquier préstamo que tengas (coche, personales, tarjetas de crédito, microcréditos) se considera un lastre para tu capacidad de endeudamiento y, por tanto, afecta directamente al importe que el banco está dispuesto a prestarte para la hipoteca. Los bancos calculan tu ratio de endeudamiento sumando todas tus cuotas mensuales (la de la futura hipoteca más la de tus deudas actuales) y lo comparan con tus ingresos netos.

Como regla general, la suma de todas tus cuotas no debe superar el 30-35% de tus ingresos netos mensuales. Si ya estás muy endeudado, por muy buen sueldo que tengas, el banco te dirá que no o te ofrecerá mucho menos. Quieren que tengas margen para vivir y para afrontar imprevistos. Por eso, antes de ir al banco a por una hipoteca, haz limpieza: cancela deudas pequeñas, paga las tarjetas de crédito a cero cada mes y reduce al máximo tus compromisos financieros. Cuantas menos deudas arrastres, más "limpio" verán tu perfil y mayor será tu capacidad de préstamo.

Historial Crediticio: Tu Reputación es Oro

Tu historial crediticio es, para el banco, tu reputación financiera. Es un registro de cómo has gestionado tus deudas en el pasado, y es una pieza clave de tu patrimonio "invisible". Si eres un buen pagador, que cumple siempre a tiempo y sin sobresaltos, tu historial será impecable. Esto es oro puro para el banco, porque les das confianza.

En cambio, si tienes manchas en tu expediente, como impagos, cuotas devueltas, o si has aparecido en ficheros de morosos como ASNEF o RAI, tu capacidad de préstamo se verá seriamente comprometida. El banco lo interpretará como un alto riesgo de impago y, en el mejor de los casos, te ofrecerá condiciones mucho peores, o directamente te cerrará la puerta. Por eso, antes de buscar hipoteca, asegúrate de que tu historial está impoluto. Paga tus deudas a tiempo, evita los descubiertos en cuenta y no te metas en préstamos que no puedas afrontar. Tu reputación financiera es tan importante como tu dinero en el banco.

La Edad y el Patrimonio: Una Relación Dinámica

La edad también influye en cómo tu patrimonio afecta a la capacidad de préstamo, y viceversa. No es lo mismo pedir una hipoteca con 30 años que con 50 o 60.

  • Jóvenes (20-35 años): Es normal tener menos patrimonio acumulado (menos ahorros, pocas o ninguna propiedad adicional). Aquí, la estabilidad laboral y la proyección de ingresos son clave. El banco se fijará mucho en tu capacidad de ahorro mensual y en tu historial crediticio impecable. A tu favor, tienes muchos años para pagar, lo que reduce la cuota.
  • Edad adulta (35-55 años): Generalmente, el patrimonio es más sólido. Más ahorros, quizás alguna propiedad, inversiones. Esto te da más músculo para negociar y para aportar una entrada mayor. Tu perfil de riesgo baja para el banco.
  • Cercano a la jubilación (55+): Aunque tengas un patrimonio considerable, el banco puede reducir el plazo de la hipoteca (para que termine antes de tu edad de jubilación o poco después), lo que dispara la cuota. Esto podría forzarte a usar más patrimonio para la entrada o a buscar avales.

El patrimonio que tengas en cada etapa de tu vida influye en las condiciones y en el tipo de hipoteca al que puedes acceder. Planificar a largo plazo es fundamental.

Aumentar tu Patrimonio: Estrategias a Largo Plazo

Si sientes que tu patrimonio no es suficiente para la hipoteca que quieres, tranquilo, hay estrategias a largo plazo para fortalecerlo. Esto no es de la noche a la mañana, pero cada pequeño paso suma:

  • Ahorro constante: Crea un hábito de ahorro. Automatiza transferencias a una cuenta de ahorro específica para la vivienda.
  • Inversiones inteligentes: Una vez que tengas un buen colchón de seguridad en efectivo, busca invertir parte de tus ahorros en productos con rentabilidad moderada y riesgo controlado (fondos de inversión, ETFs). Busca asesoramiento profesional.
  • Reducir deudas: Céntrate en liquidar préstamos de consumo, tarjetas de crédito y cualquier deuda que lastre tu capacidad de ahorro y tu ratio de endeudamiento.
  • Segunda residencia (si ya tienes una): Si ya posees una propiedad, considera si puedes sacarle rentabilidad (alquiler) para aumentar tus ingresos y, por tanto, tu capacidad de ahorro e inversión.

Construir un patrimonio sólido lleva tiempo y disciplina, pero es la mejor inversión para tu futuro financiero y para abrirte las puertas a la hipoteca de tus sueños. Cada euro que sumes a tus bienes y restes a tus deudas, es un punto extra para el banco.

Tu patrimonio es mucho más que tus ingresos: es el conjunto de tus bienes y deudas, y afecta directamente a la capacidad de préstamo para tu hipoteca. Desde tus ahorros líquidos e inversiones hasta otras propiedades, todo suma (o resta). Entender cómo el banco valora cada aspecto de tu perfil financiero es vital. Un patrimonio sólido y un asesoramiento experto son tus mejores bazas para conseguir la financiación que necesitas para tu casa.

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