¿Hipoteca a tipo mixto o renovable? Dale sentido a tu elección

June 22, 2025

Elegir una hipoteca es como elegir tu futuro. Tienes que pensar en cómo va a ser tu vida en los próximos 20 o 30 años. ¿Quieres estabilidad? ¿Quieres correr un riesgo? ¿Quieres la seguridad de un precio fijo? O, ¿prefieres la flexibilidad? La mayoría de la gente se queda en la superficie, pensando en el tipo de interés, y se olvida de la estructura de la hipoteca. Pero la realidad es que esa estructura es la que va a decidir si tu hipoteca es tu mejor amiga o tu peor pesadilla. Y es ahí donde entra la gran pregunta: ¿hipoteca a tipo mixto o a tipo renovable? La respuesta no es fácil, y la elección es tuya. En este artículo, vamos a desglosar estas dos opciones, sin tecnicismos, para que tomes una decisión inteligente.

¿Qué es una hipoteca a tipo mixto? El compromiso del miedo

La hipoteca a tipo mixto es, como su nombre indica, un híbrido. Es la mezcla perfecta entre la seguridad del tipo fijo y la incertidumbre del tipo variable. ¿Cómo funciona? Durante un periodo inicial, que puede ser de 5, 10 o 15 años, pagas un tipo de interés fijo. Y una vez que ese periodo termina, tu hipoteca se convierte en una hipoteca de tipo variable, que se revisa en función del Euríbor. Es la hipoteca perfecta para los que tienen miedo al Euríbor, pero no quieren perder la oportunidad de beneficiarse de una bajada de los tipos en el futuro. Es un compromiso del miedo.

La clave aquí es que el tipo de interés inicial es un poco más alto que el tipo variable, pero más bajo que el tipo fijo. Es el precio que pagas por la tranquilidad de los primeros años. La hipoteca a tipo mixto es la opción perfecta para los que creen que el Euríbor va a subir en el corto plazo, pero va a bajar en el largo plazo. Es una apuesta inteligente, pero es una apuesta. La clave es que no te quedes con la primera oferta. Compara los tipos de interés iniciales y los diferenciales, y sabrás cuál es la oferta que realmente te conviene.

La hipoteca a tipo renovable: el término que confunde

Es posible que hayas oído hablar de la hipoteca renovable. Pero la realidad es que no es un producto estandarizado en el mercado español. A menudo, se usa el término "renovable" para referirse a la hipoteca variable, que se revisa cada cierto tiempo, por lo general cada seis o 12 meses, en función de lo que haga el Euríbor. De la misma forma que un contrato de alquiler se renueva, tu hipoteca variable se renueva, y tu cuota puede subir o bajar. Es un juego de riesgo.

La hipoteca variable es la hipoteca más común en España. Y sí, es la que más dolores de cabeza ha dado en los últimos años. Pero también es la que más alegrías ha dado cuando el Euríbor estaba en negativo. La clave aquí es el riesgo. Si tienes una hipoteca variable, tu cuota puede subir en el futuro. Y si no tienes capacidad de pago para esa subida, puedes tener un problema. La hipoteca variable es la hipoteca para los que están cómodos con la incertidumbre, para los que creen en su capacidad de generar ingresos en el futuro. Es una apuesta que puede salir bien o mal.

El gran debate: ¿fijo vs. variable?

La hipoteca mixta te da un periodo de seguridad, el tipo fijo, y el resto del plazo, el tipo variable. La hipoteca variable, por su parte, te da la incertidumbre desde el primer día. ¿Cuál es mejor? La respuesta depende de tu perfil, de tu aversión al riesgo y de tu capacidad de pago. Si eres una persona que necesita estabilidad, que no quiere sorpresas, la hipoteca mixta es tu opción. El tipo de interés fijo te da la tranquilidad de que tu cuota no va a cambiar en los primeros años. Es un seguro de vida contra las subidas del Euríbor.

Pero, por otro lado, si eres una persona que cree que los tipos de interés van a bajar en el futuro, la hipoteca variable puede ser tu opción. La hipoteca variable es la opción para los que tienen confianza en la economía, y en su capacidad de generar ingresos. Es una apuesta que, a menudo, puede salir bien. La clave aquí es que no te dejes llevar por la emoción. Haz una simulación de tu cuota con un Euríbor alto, y si crees que puedes pagarla, la hipoteca variable es una opción. Si no, la hipoteca mixta es tu camino.

El factor Euríbor: la clave del juego

El Euríbor es el termómetro de la economía. Es el tipo de interés al que los bancos de Europa se prestan dinero entre ellos. Y es el factor clave en la decisión de tu hipoteca. Si crees que el Euríbor va a subir, la hipoteca a tipo mixto es tu opción. Si crees que el Euríbor se va a mantener estable o que va a bajar, la hipoteca variable es tu opción. La mayoría de los analistas creen que el Euríbor va a estar alto en los próximos años, pero que a largo plazo se va a estabilizar. Y esa es la clave de la hipoteca mixta.

La hipoteca mixta te da la oportunidad de esquivar la subida del Euríbor en el corto plazo, para luego beneficiarte de una bajada en el largo plazo. La hipoteca variable, por el contrario, te obliga a asumir el riesgo desde el primer día. El Euríbor es un factor que no puedes controlar, pero puedes controlar cómo te afecta. Y la hipoteca es la herramienta para controlarlo. La clave es que no te dejes llevar por el pánico, y que tomes una decisión con la cabeza, no con el corazón.

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La duración de cada tramo: el truco de la mixta

En la hipoteca mixta, la duración del tramo fijo es clave. No es lo mismo un tramo fijo de 5 años que uno de 15. Si el tramo fijo es de 5 años, estás asumiendo que el Euríbor va a estar alto en los próximos 5 años, pero que a largo plazo va a bajar. Si el tramo fijo es de 15 años, estás asumiendo que el Euríbor va a estar alto en los próximos 15 años. Es una decisión que tienes que tomar con números en la mano.

La duración del tramo fijo es la clave de la hipoteca mixta. Si el tipo de interés fijo es bajo, un tramo largo puede ser una oportunidad. Si el tipo de interés fijo es alto, un tramo corto puede ser una trampa. La clave es que no te dejes engañar por la oferta. Compara los tipos de interés, los diferenciales y la duración del tramo fijo, y sabrás cuál es la oferta que realmente te conviene. La hipoteca mixta es una herramienta, y como tal, tienes que usarla con cabeza.

El diferencial: la parte que tú controlas

En la hipoteca variable, el diferencial es la parte que pone el banco. Es un porcentaje que se suma al Euríbor. Por ejemplo, si el Euríbor está en 3% y el diferencial es de 1%, tu tipo de interés será del 4%. Los bancos compiten entre ellos para ofrecer un diferencial más bajo. Y en la hipoteca mixta, el diferencial también es clave, ya que es el que se aplica una vez que el tramo fijo termina.

La clave aquí es la negociación. El diferencial es la parte de la hipoteca que puedes pelear y bajar. Un diferencial bajo puede suponer un ahorro de miles de euros a lo largo de la vida de la hipoteca. Por eso, cuando vayas a hablar con un banco, tienes que ir con las ofertas de la competencia y presionar para que te bajen el diferencial. El diferencial es el termómetro del interés real que te cobra el banco. No te conformes con lo primero que te ofrezcan.

Los productos vinculados: el coste de la rebaja

En ambas hipotecas, los bancos te van a "sugerir" que contrates con ellos una serie de productos vinculados. Y sí, si los contratas, te bajan el tipo de interés. Pero la realidad es que el coste total de esos productos es, a menudo, mucho más alto que el ahorro que consigues en la hipoteca. Los seguros, las tarjetas de crédito, los planes de pensiones… son una de las mayores fuentes de beneficio de los bancos.

La clave aquí es la independencia. Es tu derecho elegir la aseguradora que tú quieras. Pide al banco el precio de los seguros por separado, y compara con los precios de una aseguradora externa. Quizás el tipo de interés sube un poco si no contratas el seguro con ellos, pero el ahorro total puede ser mucho mayor. Los productos vinculados no son un extra, son un coste que tienes que tener en el radar. Es el precio de la rebaja, y tienes que elegir la mejor.

La subrogación: la libertad de cambiar de opinión

La subrogación de hipoteca es la libertad de cambiar de banco para mejorar las condiciones de tu hipoteca. Y sí, es una de las armas más poderosas que tienes. Si tu banco no te quiere bajar el tipo de interés, la subrogación te permite irte a otro que sí lo haga. El proceso de subrogación es más sencillo de lo que parece. El nuevo banco se encarga de todo el papeleo. La clave es que no te sientas atado a tu banco. Ellos no lo están haciendo contigo.

La subrogación es la mejor forma de ahorrar miles de euros en intereses. Si tu banco no te quiere bajar el tipo de interés, ve a otro que sí lo haga. El mercado de las hipotecas es muy competitivo, y siempre hay un banco dispuesto a captar nuevos clientes con una buena oferta. La subrogación es tu seguro de vida contra los errores. Si te arrepientes de tu elección, siempre puedes cambiar de banco.

La figura del bróker: tu guardián contra las sorpresas

Comprar una vivienda es un proceso complejo, y elegir una hipoteca es la decisión más importante. La mayoría de la gente no tiene la experiencia o el conocimiento para abordarlo solo, y los bancos no siempre están de tu lado. Aquí es donde la figura de un bróker hipotecario independiente se vuelve crucial.

Un bróker hipotecario te ayuda a:

  • Entender las opciones: Te explicamos de forma clara y sin tecnicismos la diferencia entre la hipoteca mixta y la variable.
  • Negociar con el banco: Negociamos por ti para que consigas la mejor hipoteca, con las mejores condiciones y sin productos vinculados abusivos.
  • Asesorarte: Te decimos si te conviene más la hipoteca mixta o la variable, basándonos en tu perfil y en tu capacidad de pago.
  • Protegerte: Te acompañamos en todo el proceso, desde la primera consulta hasta la firma, para que tomes una decisión informada y no te arrepientas.

Con un bróker, la decisión es tuya, pero la información y la experiencia son nuestras. Es tu seguro de vida contra las sorpresas del mercado.

En resumen, la decisión entre la hipoteca a tipo mixto y la hipoteca variable (a la que se suele llamar "renovable" por su revisión periódica) es una decisión que tienes que tomar con la cabeza, no con el corazón. La mixta te da estabilidad en los primeros años, la variable te da la oportunidad de un interés más bajo si el Euríbor cae, pero también el riesgo de una subida. Hemos desglosado las claves de cada opción: el Euríbor, el diferencial, los productos vinculados y la subrogación. La clave es que no te dejes llevar por la emoción. Haz una simulación, compara ofertas y toma una decisión con la cabeza. Con esta guía, ya no tienes excusa para no dominar tu hipoteca.

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